Rinomodelación

La rinomodelación busca perfeccionar y mejorar la apariencia de la nariz sin necesidad de cirugía. Al igual que en la rinoplastia, su objetivo principal es lograr una armonía estética, pero en este caso, se logra mediante la aplicación de rellenos dérmicos y procedimientos no invasivos.

Tabla de contenidos

¿En qué se diferencia la rinomodelación no quirúrgica de una rinoplastia?

La rinomodelación nasal no quirúrgica o rinomodelación es un tratamiento médico mínimamente invasivo que utiliza sustancias de relleno para modificar la anatomía nasal. Estos implantes inyectables han de ser biológicamente compatibles (biomateriales), no tóxicos y que no provoquen reacciones inmunológicas como alergias o rechazo.

Mediante el aumento de volumen en determinadas áreas de la nariz o de su contorno con los implantes inyectables y relajando músculos con la toxina botulínica podemos corregir ciertas alteraciones nasales, modelar su forma, rectificar su posición o camuflar defectos mejorando su aspecto.

Pero tiene sus limitaciones. Una temporal, puesto que al utilizar materiales reabsorbibles duran un tiempo limitado; y otra de tamaño, ya que al añadir volumen solo podemos aumentar las dimensiones y no reducirlas, que es lo que en gran mayoría de los casos necesitamos.

¿Qué defectos se pueden corregir a través de la rinomodelación?

Esta técnica nos permite suavizar muchos defectos y corregir algunos. Los más evidentes son los que resolvemos con el relleno del dorso (narices con dorso cóncavo, negroides y orientales) o de la raíz nasal (radix hundido, pseudocifosis). En la arista del dorso ancha bastará un relleno longitudinal para dar la sensación de más fina, siempre y cuando no tenga un dorso prominente.

Una punta caída se puede elevar y echar hacia adelante con la aplicación de toxina botulínica y el relleno en la base de la columela

La rinoescoliosis o desvíos de la nariz podemos camuflar o suavizar las curvas mediante la inyección del implante en las zonas deprimidas.

¿Qué implantes inyectables son los más seguros?

Actualmente, el ácido hialurónico, con sus diferentes reticulaciones, y la hidroxiapatita cálcica, son los materiales inyectables más aconsejables. El primero tiene la ventaja de que podemos utilizar una enzima, la hialuronidasa, que facilita su reabsorción en caso de relleno exagerado; mientras que el segundo es más denso y se dispersa menos lo cual nos permite conseguir una mayor proyección y definición de las formas.

Un complemento indispensable es la toxina botulínica cuyo efecto paralizador de los músculos nos ayudarán a evitar el descenso de la punta al reír y las arrugas en la raíz del dorso nasal.

En nuestro día a día el material inyectable que más utilizamos es la grasa del propio paciente (lipoinjerto) puesto que además de dar volumen mejora la calidad de los tejidos y relaja la fibrosis gracias a su capacidad regenerativa.

¿Cada cuánto tiempo necesitaría volverme a inyectar el relleno o hacerme otra rinomodelación?

El resultado es inmediato con el ácido hialurónico de alta reticulación o la hidroxiapatita cálcica y su duración puede variar entre los 12 y 18 meses, siendo algo mayor la de este último producto.

Los rellenos de grasa en la nariz provocan un poco más de inflamación y su reabsorción es más impredecible. El resultado definitivo se tiene a los 6 meses y lo que quede, es decir, lo que no se haya reabsorbido, permanecerá como injerto y, por tanto, será definitivo. Además, el lipoinjerto tiene la gran ventaja de que las cantidades necesarias son muy pequeñas y que tenemos un reservorio prácticamente ilimitado.

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